24 Feb El nuevo «value». La Columna de Miguel Ángel, 24 de Febrero de 2021
El nuevo «value». La biotecnología
Se habla de ESG como la megatendencia del presente, pero el cuidado del medioambiente, la E del acrónimo ESG, es más que una tendencia, es una necesidad. El COVID 19 ha demostrado muchas cosas, pero creo que la más importante es que el daño a la naturaleza quizá no genere nuevos virus, pero si nos hace más vulnerables a ellos. Para luchar contra estas nuevas enfermedades deberemos respetar más la naturaleza, pero también y con tanto ahínco o incluso más, deberemos defendernos de ellos de una manera diferente. Necesitaremos nuevas armas, y estas armas son las que nos proporciona la biotecnología, que si ya era una magnífica idea de inversión, ahora se ha convertido en algo esencial en cualquier cartera de valores de un inversor.
Por Miguel Ángel Temprano
CEO Orfeo Capital
24 de febrero de 2021
Tiempo de lectura: 5,30 min
Quien sea asiduo de mi columna quizá pueda llegar a ver una querencia excesiva hacia el mundo de las pharma. Pero bueno, yo no soy diferente a otros gestores de fondos, me gusta lo que me gusta y a mí solo me gusta lo que entiendo. El resto lo dejo para otros.
Mi formación científica genera en mí claramente una querencia pero, créanme, en este caso no es por eso. Estamos escuchando todos los días que va a ver en breve un movimiento de inversión de los valores “growth” a los valores “value”, y ¿alguien podría decirme quién va ser más “value” que las compañías cuya investigación van a ser el baluarte ante la posibilidad de nuevas, si no pandemias, sí epidemias?
Se dice que el mayor avance para la humanidad fue el descubrimiento del fuego y luego el de la rueda. Yo discrepo, después del fuego viene la penicilina.
“Después del fuego el mayor avance de la humanidad ha sido el descubrimiento de la penicilina”
La penicilina supuso una disminución de la mortalidad nunca vivida hasta ese momento y el comienzo de una carrera que nos ha llevado hasta lo que hasta hace poco era una entelequia y, cada vez más, es más una realidad: la medicina personalizada.
La medicina personalizada se empieza a conseguir el día en que se secuencia el genoma humano. Desde que en 1953, trabajando en la universidad de Cambridge, el americano Watson y el británico Crick, ambos biólogos moleculares, describieron la doble hélice del DNA, la biología molecular ha tenido un objetivo prioritario: secuenciar el genoma humano. Gracias a estos trabajos en el año 2003 se logró su secuenciación completa, y desde entonces casi todos los días se publican artículos científicos que describen la expresión de alguno de los aproximadamente 30.000 genes que lo componen.
Desde entonces se ha descubierto que muchas enfermedades que conocíamos y cuyo origen era impreciso, son realmente enfermedades genéticas, es decir, provocadas por la expresión de algún o algunos genes que hay en el material genético sito en nuestro núcleo celular.
“casi todos los días se publican descubrimientos relativos a la expresión de genes que componen nuestro genoma”
No olvidemos la importancia de estos descubrimientos en la lucha contra la actual pandemia. Sin duda, las vacunas no solo más eficientes sino más rápidamente modificables contra el SARS COV 2, el virus que causa el COVID 19, son las vacunas génicas, como la de Pfizer, Moderna o la próxima en salir al mercado de la alemana Curevac. Vacunas basadas en el RNAm modificado.
Estas vacunas se han podido desarrollar no solo porque se ha desarrollado una técnica nueva, sino porque se ha logrado secuenciar en un tiempo record el genoma del virus. Para lo que hace solo diez años se hubiera tardado dos meses, los equipos del Dr. Holmes en Sidney y del Dr.Yong-Zhanfg en Shanghai tardaron solo dos horas. Secuenciaron el genoma del virus solo diez días después que la comisión de salud pública de Wuhan publicara la primera alerta el 31 de diciembre de 2019.
“Los medicamentos del futuro estarán basados en la personalización de la medicina, y serán o son los anticuerpos monoclonales”
El mapping genético humano ha permitido el desarrollo de los medicamentos del futuro, que son de los que ya habrán oído hablar: los anticuerpos monoclonales. Un anticuerpo monoclonal es un disparo directo al causante de una enfermedad.
Para que los neófitos puedan entenderlo. Cuando nos ponemos malos de la garganta por una bacteria, el tratamiento típico es la amoxicilina, mismo antibiótico que se utiliza si la infección es tracto urinario, ya que es lo que se denomina un antibiótico de amplio espectro. En lenguaje vulgar, matamos moscas a cañonazos.
Vamos, que está bien, pero de este modo estamos generando cepas bacterianas resistentes a los antibióticos, con lo cual nuestros enemigos están creando escudos especificos contra nuestras armas. Es decir, tiramos mayoritariamente con perdigones, cuando lo ideal sería utilizar rifles de precisión. Y esto mismo pasa con muchos cánceres, el medicamento que se usa no es lo específico que debería ser, y el enfermo en lugar de mejorar, empeora.
Entonces, ¿esto cómo se soluciona? Pues con medicamentos específicos para cada uno de nosotros, lo que requiere dos cosas: primero que conozcamos los genes que tenemos cada uno de nosotros, y segundo que sepamos cómo se expresan. Lo segundo suele ser común para todos los humanos que tienen ese gen, pero no todos tenemos los mismos, por lo que deberemos conocerlos, y eso solo se hace de una manera, mediante un análisis genético específico.
“en el futuro no tendremos un mapping genético general sino que nos haremos constantes análisis genéticos”
Que nadie se crea que en el futuro vamos a tener en casa la enciclopedia Larrouse (quizá los jóvenes lectores no sepan que es esto, así que pueden preguntárselo a sus padres, que seguro que lo sabrán) de nuestro genoma, sino que cada vez que padezcamos una enfermedad, nos haremos un análisis genético específico buscando si tenemos unos u otros genes y en función de la existencia de estos o no, y de sus expresión o no, utilizaremos un medicamento específico para la esa expresión de la enfermedad.
Y ¿Qué ventaja hay para el investigador? pues que venza o no la patente es irrelevante para el poseedor de la misma, porque ni la maquinaria ni el conocimiento es fácilmente copiable.
Así pues, podemos concluir que las pharma son los valores “value” del futuro, próximo y lejano. Empresas que van a ser punteras y van a estar en el ojo del huracán no solo en la próxima década, sino en las próximas décadas. Y las pharma más valiosas serán aquellas que estén enfocadas en este nuevo tipo de medicamentos así como a los análisis genéticos.
¿Y quiénes son estas? Pues sin duda, las líderes, porque su capacidad de fabricación se ha demostrado que es crítica. Pero entre ellas una, la biotecnológica americana AMGEN. Esta biotecnológica lo tiene todo: es grande, es decir, tiene capacidad de fabricación y es líder lo que significa que tiene de capacidad de investigación. A modo de ejemplo, Eli Llily una de las diez grandes pharma del mundo se ha visto obligada a aliarse con AMGEN para que esta le fabrique el millón de dosis de su cóctel de anticuerpos monoclonales contra el COVID 19.
Y ¿qué otras compañías serán lideres? Las que hagan de manera masiva análisis genéticos, y aquí sobresale una compañía, estos días en el candelero, no en el candelabro como aquella dijo (también los jóvenes pregúnteles a sus padres), por ser objeto de las operaciones tan de moda estos días, las SPAC. La compañía objetivo del propietario de Virgin, Richard Branson se llama 23andme. Esta compañía está condenada a ser un líder mundial de análisis genéticos, con lo que ello va a suponer en su cuenta de resultados.
Ya saben los que me leen que considero que el análisis fundamental de una compañía esta muy por encima de sus cifras. Lo más importante es su posición de mercado, es decir su valor cualitativo es más importante que su valor cuantitativo. Es aquí donde reside la mayor parte de su valor intrínseco, sin el cual nunca deberíamos invertir en un valor y menos a largo plazo.
Así que esta vez dejo dos ideas de inversión sobre la mesa, una segura, AMGEN y una apuesta de crecimiento 23andme, en cuanto salga a cotizar en breve a través de su SPAC.